Bicentenario y Día del Maestro
Algunos datos históricos
El 6 de julio de 1822, hace exactamente 200 años, el Gobierno de San Martín promulgó una resolución que decretaba la fundación de la primera Escuela Normal de Varones en el Perú, la que empezó a funcionar dos meses después. Su primer director fue el educador escocés James (Diego) Thomson, quien además era colportor (vendedor de biblias) de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera. En dicha escuela se formaron los primeros maestros de la recién fundada república bajo los preceptos del sistema lancasteriano, una metodología pedagógica para la educación popular muy en boga entonces en la Gran Bretaña. Este método, también denominado sistema monitorial, fue un modelo pedagógico creado por el educador británico Joseph Lancaster a inicios del siglo XIX y tuvo una gran acogida entre los líderes de la independencia sudamericana. San Martín, Bolívar, O’Higgins, entre otros, promovieron activamente su implementación a través del trabajo de Diego Thomson. Thomson, discípulo de Lancaster, no solo se dedicaba a la labor educativa. Era además agente de la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, una asociación protestante que se dedicaba a distribuir biblias por todo el mundo. Es decir, compartía su actividad pedagógica con una misión religiosa: distribuir la Biblia.
Las escuelas lancasterianas buscaban educar a una gran masa de niños invirtiendo pocos recursos humanos y financieros. Así, toda una escuela podía ser regentada por un solo maestro. El profesor instruía a los niños mayores quienes luego compartían la lección del día con un grupo de alumnos más pequeños (no mayor de una docena), quienes repetían la lección en voz alta y al unísono. Además, la enseñanza se complementaba con una serie de letreros y mapas colocados en las paredes. Las materias de estudio eran principalmente lectura, escritura, ortografía, aritmética y religión. Una característica adicional era el uso extensivo del Nuevo Testamento como libro de lectura a partir de una interpretación libre. Así, para establecer una escuela lancasteriana era suficiente tener un local, un maestro y un libro.
El primer local de la Escuela Normal de Varones fue el antiguo convento de Santo Tomás y el principal asistente de Thomson fue el sacerdote José Francisco Navarrete. Cuando Thomson dejó el Perú en 1824, Navarrete asumió la dirección de la Escuela Normal. Así, la formación magisterial en el Perú nació de la mano de la cooperación interconfesional de dos pedagogos: un misionero protestante y un sacerdote católico. Hay que señalar, además, que Navarrete y otros sacerdotes liberales también colaboraron activamente en la otra tarea de Thomson: la distribución de biblias.
La Escuela Normal fundada por Thomson tuvo, lamentablemente, una existencia efímera. Los fragores de la guerra de independencia, que aún no concluía, y la inestabilidad política, impidieron que prosperara. En 1825, cuando Thomson ya no estaba en el Perú, el Gobierno de Bolívar decretó el establecimiento de escuelas normales en cada capital de departamento, también bajo el sistema lancasteriano. Todo quedó en buenas intenciones. Aunque las escuelas lancasterianas sobrevivieron hasta la década de 1840, el sueño de una escuela de formación docente quedó postergado.
Entre 1859 a 1869 funcionó en Lima una Escuela Normal Central, aunque con resultados poco alentadores debido a los constantes problemas administrativos. Durante dicho periodo, apenas dos estudiantes obtuvieron el diploma de preceptores. Por ello, el Gobierno de Balta decidió su clausura.
En 1876 se fundó la Escuela Normal de Mujeres, que fue la primera que logró perdurar. El Gobierno del presidente Manuel Pardo encargó su administración a las religiosas francesas del Sagrado Corazón. Sigue funcionando hasta la actualidad bajo el nombre de Escuela de Educación Superior Pedagógica Pública en Monterrico.
En 1905 se formó la Escuela Normal de Varones, bajo el primer gobierno de José Pardo, iniciativa que finalmente logró subsistir. En 1929 pasó a denominarse Instituto Pedagógico Nacional. Finalmente, en 1953, este centro se convirtió en la Escuela Normal Central.
Ese mismo año, el Gobierno de Manuel A. Odría decretó que el 6 de julio, día de fundación de la Escuela Normal dirigida por Thomson, sería la fecha oficial de celebración del Día del Maestro en el Perú. Dos años después, la Escuela Normal Central pasó a denominarse Escuela Normal Superior Enrique Guzmán y Valle, antecesora de la actual universidad del mismo nombre.
El decreto de 1822 al que aludí al principio iniciaba con las siguientes palabras:
Sin educación no hay sociedad: los hombres que carecen de ella pueden muy bien vivir reunidos, pero sin conocer la extensión de los deberes y derechos que los ligan, en cuya reciprocidad consiste su bienestar.
Pertinentes hasta ahora.
Bibliografía recomendada
Chocano, M. y M. E. Mannarelli (2013). Educación del ciudadano y disciplina social, 1827-1860. Derrama Magisterial.
Espinoza, A. (2013). Education and the State in Modern Peru. Primary Schooling in Lima, 1821-c.1921. Palgrave MacMillan.
Fonseca, J. (2021). “Sin educación no hay sociedad”: las escuelas lancasterianas y la educación primaria en los inicios de la República (1822-1826). En S. O’Phelan (comp.). La independencia del Perú. De los Borbones a Bolívar (2da. ed.) (pp. 261-280). Banco Central de Reserva del Perú.
Huaraj, J. C. (2017). Estado, sociedad y educación en el Perú: la instrucción de las primeras letras en Lima, 1821 – 1850. [Tesis de maestría, Universidad Nacional Mayor de San Marcos].
Robles Ortiz, E. (2004). Las primeras escuelas normales en el Perú. Rhela, 6, 57-86.