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Imagen: presidencia de la república

Castillo y los líderes interreligiosos

Publicado: 2022-01-12

El presidente Pedro Castillo tuvo hoy su primer encuentro con los rostros de la diversidad religiosa peruana, al menos de un gran sector de ella. La ceremonia, denominada Saludo por Año Nuevo de los líderes religiosos del Perú, convocó a representantes de diversas confesiones agrupadas en el Consejo Interreligioso del Perú (CIP). El programa contempló las intervenciones de los siguientes jerarcas religiosos: monseñor Salvador Piñeiro, arzobispo de Ayacucho, rabino Guillermo Bronstein (Asociación Judía del Perú), Rev. Cristian Scheelje (UNICEP), Elder Guillermo Estrugo (Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días), Patricia Díaz (Red Interconfesional de Mujeres), Rev. Pedro Merino Boyd (copresidente del CIP), así como de Laura Vargas y Raquel Gago, que integran el equipo ejecutivo del CIP. También intervinieron el presidente Castillo y el ministro de justicia, Aníbal Torres.

Resalto en particular las intervenciones de monseñor Piñeiro y del pastor Merino. El primero resaltó la unidad que representa el Consejo, en el que las religiones se encuentran alrededor de lo que las une y no de lo que las divide, y que una de las expresiones de esa unidad es el “amor a la patria” y la preocupación por los que “el mundo descarta”. El segundo expresó su preocupación por la discriminación, la corrupción y la despreocupación por el bien común, así como buenos deseos para el Gobierno, para que sea “exitoso”, de amplia base y que produzca cambios fundamentales para las nuevas generaciones. Terminó invocando al Todopoderoso, que “no discrimina a nadie y no es corrupto para nada” sirva como ejemplo de vida para el país. En las diversas intervenciones también se compartieron expresiones de simpatía con el presidente y ofrecimientos de colaboración con el Estado para alcanzar a los más pobres del país.

El presidente Castillo en un discurso espontáneo agradeció a los participantes y expresó su deseo de un trabajo más cercano con los líderes religiosos. Al mencionar algunos aspectos de su gestión, resaltó el valor de las espiritualidades como fuente de inspiración para su trabajo, por ejemplo, en la búsqueda de la igualdad y la justicia. Se esforzó por articular su reflexión en el marco de la diversidad religiosa, dimensión que parece apenas conocer. Es un hombre creyente, sin duda, que en la campaña electoral sacó a relucir la fuerza de la fe para identificarse con la espiritualidad de los más pobres. Pero lo hizo desde los parámetros de un cristianismo conservador y popular, que suele desconfiar del diálogo interreligioso y que ignora las espiritualidades originarias. Lo ocurrido hoy podría abrirlo a una mirada más diversa e inclusiva de lo religioso.

No es la primera vez que ocurre este evento. Los expresidentes Vizcarra y Sagasti también recibieron esta visita protocolar a inicios del 2019 y el 2020, respectivamente. Se está convirtiendo en una tradición del Estado. También en una evidencia de nuestra fragilidad política. Cada año los líderes religiosos saludan a un presidente distinto. Alguien me comentó que no descartaban encontrarse con otro el 2022, aunque oraban porque ello no ocurriera. El país requiere estabilidad para recuperarse. Presumo que el presidente también comparte dicha oración.


Escrito por

Juan Fonseca

Historiador, editor y docente universitario. Interesado en reflexionar sobre la religión, la política, la historia y las sexualidades.


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