Evangélicos y terrorismo
El caso de Callqui y el debate sobre el terrorismo de Estado.
El 1 de agosto de 1984, una patrulla de infantería de Marina ingresó a un templo de la Iglesia Presbiteriana en Callqui (Huanta) y asesinó a seis de sus miembros, dos de ellos menores de edad. El reporte detallado de la masacre se encuentra en el Informe Final de la CVR. Recién hace un mes, luego de 37 años, el jefe de la patrulla, Luis Celis Checa fue condenado a 10 años de prisión. El fiscal a cargo ha apelado la sentencia y ha solicitado una pena de 20 años.
Durante los años de la violencia política, la comunidad evangélica sufrió los embates del terrorismo. La CVR documentó dichos casos. En su Informe Final demostró que Sendero Luminoso fue el responsable de la mayoría de víctimas evangélicas (Canayre, Ccano, Toronto, Santa Rosa). Pero el caso de Callqui muestra que miembros de las Fuerzas Armadas -específicamente de la Marina- también cometieron actos de terror contra la población evangélica. Como para que los evangélicos, muchos de los cuales ahora se unen al coro negacionista, no lo olviden.
Estar firmemente alineados contra el terrorismo senderista no implica negar que las Fuerzas Armadas también cometieron actos de terror. Admitirlo no significa estar contra los militares, sino ayudarnos a todos, incluyéndolos a ellos, a procesar ese pasaje doloroso de nuestra historia común sobre la base de la verdad y la justicia.
* Columna originalmente publicada el 18 de agosto del 2021 en mi muro de Facebook.