La ideología fujimorista en caravana
A propósito de la movilización motorizada a favor de Keiko Fujimori
La marcha fujimorista de hoy ha dejado en evidencia la ideología que subyace al neofujimorismo de las clases acomodadas limeñas. Una especie de gamonalismo del siglo XXI. Mientras que las marchas populares y cívicas por la democracia y los derechos se realizan a pie, la "marcha blanca" parecía más el Motor Show. El exhibicionismo de la opulencia irrumpió en un espacio extraño para los "demócratas" de Eisha: el Centro de Lima. Parecía más una performance de la invasión española al Tahuantinsuyo. Los carros de los conquistadores. Es cierto que también hubo peruanos de a pie. Gente del pueblo. Pero ubicados en "su" lugar: al servicio de los amos. Cargando el merchandising o los parlantes. Evidenciando lo que siempre ha sido el fujimorismo: una maquinaria criminal para proteger a los ricos a través de la instrumentalización de los pobres. Porque la cultura del táper no busca mejorar las condiciones de vida de los pobres, crearles bienestar o promover la igualdad. No. Solo se dedica a atarantarlos con pan y circo mientras carcome su dignidad. La desigualdad es su doctrina y el atropello al pobre su metodología. El fujimorismo no crea ciudadanía. La pervierte y banaliza. Como lo hace también con los símbolos de la nación. A la usanza fascista, se apropian de la sacralidad de lo nacional para convertirlo en propaganda partidaria. Pisotean el simbolismo de la bandera y el escudo, porque la patria no les importa. Para ellos, la diversidad es peligrosa y el bien común les suena a comunismo. Pero tal vez esta exhibición impúdica de desigualdad y prepotencia pueda ser un bumerán para el neofujimorismo fascistoide. Mientras el desfile de camionetas pasaba por mi barrio, escuché a una señora que vende caramelos en la calle decirle a su hijita: "Te dije. Keiko es la candidata de los ricos". El pueblo sabe.
* Columna publicada originalmente el 30 de mayo del 2021 en Wayka.