Adiós don René Padilla
A propósito de la partida de uno de los padres de la teología evangélica de la misión integral
Conocí a don René a fines de los 90s. Había leído algo de él gracias a los amigos de la Fraternidad Teológica Latinoamericana (FTL). Pero recién pude tratarlo personalmente en un retiro en Villa La Paz, si no me equivoco en 1997. Yo era un muchacho entonces. Para mí, que acababa de ser admitido en la FTL, fue casi como estar en el Olimpo. Durante casi una semana me deleité escuchando a don René y a otros grandes de la teología evangélica latinoamericana (Samuel Escobar, Pedro Arana, Sidney Rooy, Darío López, etc.) dando cátedra sobre la teología y la misión. El objetivo del encuentro era debatir las ponencias que luego se convirtieron en artículos de una compilación dirigida por don René: "Bases bíblicas de la misión. Perspectivas latinoamericanas". Recuerdo en particular un debate ardoroso sobre la actitud paulina hacia la esclavitud a partir de la Epístola a Filemón. Habían posiciones contrapuestas. Samuel y René se enfrentaron vigorosamente. Hasta pensé que terminarían peleados. Pero luego de la cena los vi a ambos cantando y riendo en una informal tertulia con otros amigos de entonces. Ese ambiente, que combinaba rigor intelectual, amplitud para la discrepancia y auténtica fraternidad, contribuyó a que me "convirtiera" a la teología de la misión integral. Don René fue un ejemplo vivo de ese espíritu.
Con el paso de los años empecé a sentir que la teología de la FTL quedaba algo rezagada. Nuevas lecturas, con perspectivas teológicas vanguardistas, pusieron en cuestión sus postulados. Es lo que sentí en mi mismo. Aunque no soy teólogo, algunas gotitas de pensamiento teológico produje en su momento. Dicha percepción de rezago la sentí también al escuchar por última vez en directo a don René. Fue el 2017, en el marco de la celebración del quinto centenario de la Reforma Protestante. Los comentarios de Nancy Bedford a su conferencia me parecieron más desafiantes y aggiornados que los del maestro. Así pasa cuando crecemos. Nos ponemos críticos con quienes nos criaron o formaron. Pero no dejamos de tenerles cariño, gratitud, por lo que significaron para nuestras vidas o ideas. Es la sensación que tengo en relación a don René. Su pensamiento podría parecer hasta conservador, en relación a la teología queer por ejemplo. Pero también ultraprogresista, si es que lo evalúan desde las canteras del fundamentalismo. De hecho que hace unos años fue impedido de hablar en un seminario pentecostal brasileño porque sus jerarcas veían en él a un "cristiano marxista". Como en los inicios de la historia de la FTL, cuando desde las trincheras fundamentalistas acusaban a los padres de la misión integral de comunistas y liberacionistas, como si ponerse del lado de la justicia social fuera hasta anticristiano. No dudo que esas trincheras también acusarían a Jesús de comunista si apareciera de nuevo por nuestras tierras. En realidad siempre ha estado, a través de la voz de tipos como don René, que escribió tanto sobre la misión y el Reino de Dios, y que ahora descansa en la plenitud espiritual de ese Reino.